Conciliar el sueño con dolor de huesos puede complicarse según la intensidad de este y el equipo de descanso utilizado.
Si el momento de acostarte es un suplicio por el dolor que soportas cada noche, aquí te ofrecemos algunas recomendaciones.

Dolor de huesos al acostarme
El dolor nocturno en articulaciones y huesos es una de las principales causas de insomnio. Es fundamental saber el origen del problema para intentar darle solución y evitar o al menos reducir las molestias.
Pero, ¿por qué me duele cuando me acuesto?
Durante el día nuestro cerebro tiene multitud de estímulos que «disimulan» el dolor musculoesquelético. En cambio, cuando queremos dormir, nuestro cuerpo y mente al estar más relajado, es más sensible al dolor.
Bien es cierto que si tu cama y colchón están deteriorados, provocarán malas posturas, y estas, molestias por todo el cuerpo.
Causas del dolor de huesos
Las causas del dolor pueden ser de diversa índole:
- Desgaste progresivo de la masa ósea en edad avanzada.
- Enfermedad que afecte a los huesos como la osteoporosis o la osteomielitis.
- Una higiene postural deficiente con malas posturas a diario.
- Traumatismo, fisura o rotura.
Antes de iniciar ningún tipo de rehabilitación del dolor, acudiremos al traumatólogo para que nos haga un chequeo médico. Así sabremos el tipo de dolor y podremos actuar en consecuencia:
- Articulaciones y/o inflamación de las bursas que las protegen.
- Dolor óseo.
- Muscular.
Cómo dormir con dolor de huesos

Por la causa que fuere, es probable que tengamos que aprender a convivir con molestias al acostarnos. Pero siempre hay algo que se puede hacer para mejorar la calidad de tu descanso.
Pon en práctica hoy mismo los siguientes consejos y recomendaciones:
Alimentación saludable
Somos lo que comemos. No es solo comer y ya está, es hacerlo bien y de forma equilibrada. Más frutas y verduras y menos alimentos ultraprocesados.
Alimentos para la prevención de la osteoporosis
La ingesta de alimentos como lácteos, nueces, salmón o espinacas entre otros, aportan nutrientes clave para el desarrollo de nuestra masa ósea:
- Calcio.
- Cinc.
- Cobre.
- Fluor.
- Fósforo.
- Magnesio.
- Manganeso.
- Omega 3.
- Vitaminas A, C y D.
Ejercicio físico
El sedentarismo duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares así como padecer obesidad.
Mantenernos en buen estado de forma contribuye a que nuestro organismo funcione mejor. Además es una importante ayuda para ralentizar el deterioro inexorable de la vejez.
Cada uno en la medida de sus posibilidades, paseos andando, bicicleta, sesión de gimnasia para encamados…. etc, la cuestión es moverse.
Vigila tu postura
Esto es fundamental, pero hay que observarlo durante las 24 horas, tanto en nuestro quehacer diario como en la cama.
Cuando nuestra estructura ósea se encuentra debilitada, debemos llevar especial cuidado con nuestras posturas. Por ejemplo, dormir con osteoporosis avanzada. Este estado, requiere además, evitar presiones en las zonas más sensibles como cadera o columna vertebral.
La postura ideal en la cama es de lado derecho con las rodillas ligeramente flexionadas y entre ellas una almohada ortopédica.
Cama articulada de ortopedia
Es probable que cuando tengas dolor de huesos mientras estás acostado notes alivio con un cambio de postura. Con una cama articulada ortopédica junto al colchón adecuado podrás posicionarte de forma cómoda sin esfuerzo.
Elige bien tu colchón
Un buen colchón es primordial para que descanses bien. También es necesario que este se adapte a tus necesidades.
Lo ideal es una firmeza media alta con algo de viscoelástica para dar más confort pero sin exceso de materiales blandos.
En el caso de personas encamadas, habrá que estar muy atentos a las úlceras por presión o escaras. Tendremos que incluir un colchón antiescaras para protegerlo de estas lesiones.